El Soberano de Oro de Eduardo VII de 1902-1910
El Soberano de Oro británico es una de las monedas de lingotes de oro más prestigiosas y creíbles que se pueden encontrar en el mercado actual. Con la confianza de los inversores, está hecho de oro de la corona de 22 quilates y tiene un significado histórico, así como un valor estético. Sostener un soberano de oro con más de un siglo de antigüedad evoca historias del pasado de forma mágica y el exquisito Soberano de oro Eduardo VII 1902-1910 es un ejemplo de esa experiencia única.
¿Por qué comprar Soberanos de oro de Eduardo VII?
Desde el punto de vista del inversor, no hay realmente una opción mejor que el Soberano británico. Los Krugerrands sudafricanos, los Maple Leafs canadienses y las Águilas americanas son excelentes monedas de inversión, pero el menor tamaño del Soberano de Oro y su importancia histórica le dan una ventaja sobre sus competidores. Por su valor numismático, hay pocas monedas que puedan rivalizar con los Soberanos completos. En su forma actual, los Soberanos de oro se han emitido durante casi 200 años, aunque las monedas del rey Eduardo VII no se acuñaron hasta 1902, el año siguiente a su ascenso al trono británico. La producción es fiel a la tradición, un clásico del diseño y sellada con la calidad de la Real Casa de la Moneda. Con los Soberanos de Oro de Eduardo VII sabe que está comprando una de las mejores monedas de inversión a precios increíbles.
Diseño de los Soberanos
El Soberano de Oro de Eduardo VII de 1902-1910 pesa 7,98 g de oro de 0,917 de pureza, tiene 22,05 mm de diámetro y 1,56 mm de grosor. En el anverso vemos un retrato del rey Eduardo VII mirando a la derecha (la reina Victoria estaba mirando a la izquierda),y alrededor de él las inscripciones EDWARDVS VII D: G: BRITT: OMN: REX F: D: IND: IMP: En el reverso encontramos el clásico diseño de Pistrucci de San Jorge matando al Dragón, sugerido por el propio artista como motivo adecuado para celebrar la victoria de Gran Bretaña sobre el ejército de Napoleón en la batalla de Waterloo. La fecha de emisión también está inscrita en este reverso.
Historia del Soberano Eduardo VII
Los Soberanos de Oro de Eduardo VII se acuñaron por primera vez en 1902, tras la proclamación real del 10 de diciembre de 1901. Manteniendo la imagen tradicional de San Jorge matando al Dragón, las monedas se acuñaron hasta la muerte del Rey en 1910. Los Soberanos de este periodo se acuñaron en la Real Casa de la Moneda de Londres y en Melbourne, Sydney y Perth en Australia. Cada moneda lleva una marca de ceca para indicar su origen. Casi medio siglo antes, se había decidido que sería más fácil refinar el oro y convertirlo en monedas en el lugar de origen, en lugar de transportarlo a Londres, por lo que el gobierno británico adjudicó la tarea a Sydney, que comenzó a emitir monedas en 1855. Los Soberanos emitidos en Australia son los más raros y los más buscados por los coleccionistas.
Seguridad de los Soberanos
La falsificación no es nada nuevo para los Soberanos. Desde la época de la reina Victoria, el "comercio" había tomado tales proporciones que la reina ordenó el restablecimiento de los Soberanos cada 15 años, para que las monedas pudieran ser revisadas y reparadas. Con el tiempo, la gente se volvió más precavida y la Real Casa de la Moneda se tomó muy en serio la falsificación y el fraude. Todas las monedas del Soberano de Eduardo VII se acuñaron siguiendo unas especificaciones precisas en cuanto al diseño, las dimensiones y el peso, tal y como se definía en la legislación, y no se parecen en nada a una burda copia de la época, hecha de cobre o de muy poco oro y, por tanto, con un peso insuficiente o demasiado grande. Los comerciantes experimentados son expertos en detectar los Soberanos falsos de esta época a primera vista.
Compra y venta de Soberanos de oro de Eduardo VII
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